Es una tendencia que la cosmética natural está subiendo puestos en el ranking de interés de las españolas y me gustaría darle un repaso, ya que internet parece haber invitado a los amantes de la cosmética a abrir en la cocina de casa un laboratorio en el que pueden cocinarse sus propios productos de belleza, eso sí, comprando los ingredientes supuestamente ecológicos.
Vamos a analizar qué se necesita para que un cosmético, de cualquier índole, ya sea de higiene, de maquillaje o tratamientos de piel y cabello sean ecológicos, biológicos o naturales.
En primer lugar, no hay una normativa única para todos los países de la Unión Europea por lo que empresas privadas han desarrollado sellos de certificación en cada país, con más o menos los mismos criterios, como que los productos vegetales deben provenir de agricultura ecológica, indicando el porcentaje de ellos que han de contener, estimando el 95% como óptimo. Que el procesado de la materia prima se haga de forma no contaminante y no testado en animales, así como la no utilización de animales vertebrados muertos.
Además, pueden usarse minerales inorgánicos determinados. Para el procesado de la materia prima como la extracción de aceites, ceras, azúcares, almidones, proteínas, polisacáridos, proteínas y vitaminas pueden utilizarse técnicas como la hidrólisis, la condensación, la hidrogenación entre otras.
He hecho un recorrido por los sellos de certificación ecológica y bio de reconocido prestigio en Francia, Alemania, Bélgica, España y Suiza, y estos son sus puntos coincidentes, además se valora la ética social de las empresas productoras de las materias primas y el menor impacto ecológico en la elaboración, transporte, reciclado de los envases y eliminación de residuos.
Con todo esto podemos deducir que la fabricación de los cosméticos, los champús, el maquillaje o productos de higiene corporal, que sean, además de ecológicos, eficaces, no es cosa fácil de hacer si realmente se quiere obtener el beneficio que prescribe el producto. Por lo que mi recomendación es que te asegures de dónde proviene el producto, y de que las garantías de que sus ingredientes y certificación son fiables.
La ciencia cosmética es investigadora y avanza enormemente hacia la elaboración de productos eficaces, y cada vez más adaptados a la idea de cosmética sostenible. No debemos confundirnos y creer que ahora todo lo vegano es fantástico, y lo demás no lo es. ¡Cuidado! No vamos a retroceder a los tiempos de Cleopatra y bañarnos en leche de burra para estar bellísimas, o ponernos en la azotea con agua con sal, como hacían las mujeres de la Antigua Roma, para tener un estupendo “balayage”.
Además de una buena cosmética, una buena alimentación y muchas risas. Está comprobado científicamente que el optimismo y la alegría aumentan las defensas, mientras que el pesimismo y el mal estrés, las deprimen.
Feliz y sanísimo verano. Si quieres realizar alguna consulta, puedes hacerlo en mi mail de ino@inopeluquerias.com o en el de esta revista ayeryhoyr@gmail.com