Hace semanas tuve el placer de ir al teatro, tengo que decir que hacia bastante tiempo que no me deleitaba con un espectaculo de estas caracteristicas. Un musical a modo de recorrido por la vida de Tina Turner, que me movió varias cositas por dentro.
Primero porque pasear Madrid, por zonas que están especialmente bonitas, me produjo una sensación motivadora. Es curioso, hacía tiempo que no tenía esa percepción que te provoca la belleza de los espacios, y es muy agradable.
Una vez en el teatro, el musical me llamó la atención, no solo porque las canciones forman parte de mi vida y me transportan de época. Sino también, la puesta en escena de las distintas etapas de la vida de Tina, porque tienen un componente especial entre la estética, a veces agrisada, otras electrizante y colorista del escenario y la transformación física de los personajes a través del vestuario, maquillajes y peinado, todo a base de pelucas, que juegan un papel imprescindible en la ambientación cronológica.
Yo disfruto cuando se pone en evidencia la importancia de mi profesión para conseguir esas ambientaciones que consigue este musical. Y lo más importante, cómo la imagen de los personajes nos sitúan exactamente en su época correspondiente.
Solo hace falta hacer un recorrido por los distintos museos del mundo para ponerlo en evidencia, donde las esculturas griegas y romanas son un tratado de estilo en peluquería. Las trenzas, las ondas y los adornos siguen siendo utilizados en su versión actualizada hoy día.
Los ropajes y peinados han sido fuente de inspiración para modistos y creativos de la imagen a lo largo de la historia.
En este artículo, estoy un tanto retrospectiva, creo que, tiempos de Covid, nos ha provocado un gran número de personas un repaso a nuestra vida, y, como consecuencia, una toma de decisiones y de cambios. Algo renovador, motivador y necesario al menos para mí.
Hace más de siete años que colaboro en “Ayer y Hoy”, desde que Miguel Ángel, su director me habló de su proyecto de crear esta revista mensual. Y me propuso colaborar en ella desde mi perspectiva de asesora de Imagen. Tomé como una responsabilidad, y un reto, presentar a los lectores un tema que tuviera algún atractivo o interés mes a mes, y han sido más de 90 los artículos en los que lo he intentado.
Ha sido un placer colaborar con este gran equipo, que trabaja duro cada mes para poner frente al lector una revista atractiva y llena de contenido muy diverso, abriendo las puertas a la información más cercana. Ha sido un lujo formar parte de esta familia a la que estaré vinculada siempre.
Ahora mi trayectoria profesional me pide nuevos retos a los que dedicar tiempo necesario, y, por ello, mi colaboración mensual con esa revista termina aquí. Lo que no quita que continuaré con mi blog personal digital en nuestra web, de forma más o menos regular.
Siguiendo una pauta que he establecido a lo largo de mis artículos, quiero decir que cuidar la imagen y el aspecto, en su justa medida, es un signo de amor y respeto a uno mismo. Cuando oigas que cuidar la imagen es banal, no hagas caso. No hacerlo es una señal de abandono, muy poco recomendable. Lo digo desde la experiencia de muchísimos años poniendo guap @ sa personas que se sienten felices con ello.
La belleza es motivadora, y el atractivo principal es que no hay una belleza única. Dentro de cada uno de nosotros existe una porción de belleza que hemos de aprovechar y sacar a pasear. En este mes, recuerda que la Navidad es el tiempo de los buenos propósitos. Cuidarnos es cuidar a los que nos rodean. Feliz 2022. Un abrazo virtual.