Frente a los inconvenientes que nos acompañan en estos tiempos para darte la oportunidad de mirar al futuro, paso a paso, y con esperanza
Como si de un mal sueño se tratara, querríamos despertarnos libres de mascarillas, con el bikini puesto y tomando un martini en la tumbona de nuestro hotel favorito junto al mar.
Ese será el verano que viene, este tocará la mayor aventura que jamás hubiéramos pensado. Creo que la mayoría tenemos la sensación dual de querer proyectar nuestra vida hacia el futuro, y la impresión de no poder avanzar frente a este plazo indefinido, que nos plantea el maldito bicho, con lo que la mejor opción es vivir el aquí y ahora, disfrutando lo que tenemos y reduciendo las expectativas de tener salud y poder disfrutar de la compañía de quienes nos importan.
Y cuando en esa vida anterior que teníamos ¿tienes ya, cuánto? Cinco meses, hacíamos yoga, y la meditación estaba invadiendo el universo de las terapias, como alternativa a nuestra forma de vida desenfrenada, mira por donde se impone de forma sutil e inteligente el principio budista de vivir en el hoy, porque el pasado ya fue y el futuro no está.
Bien, en ese vivir día a día, en el aquí y ahora, se impone hacer un repaso a todo lo que hemos aprendido, a lo que hemos descubierto en nuestros cajones, armarios, y trasteros, durante el tiempo que hemos estado en casa, y aproveche la ocasión para valorar cosas que ni sabíamos que teníamos, simplemente porque no las veíamos, entre el ritmo desenfrenado y la compra compulsiva de darnos el gusto momentáneo, algo que por un momento nos liberaba de la realidad, con la sensación de calidad de vida, por el simple hecho de poder comprarlo.
Ahora está ahí ese vestido tan chulo, y no sé si ponérmelo porque entre la mascarilla que no luce, y que es tan especial para lavarlo, te da cosa. Total para estar con los que me conocen ¡de sobra! Pues yo te digo, precisamente por todos esos inconvenientes, ¡hay que ponérselo! Porque has descubierto que pagaste una pasta por él y no le has sacado partido. Pero no solo por eso, es que además, necesitas sentirte bien frente a tanto inconveniente y tanto gel hidroalcoholico, que te tiene las manos tan sensibilizadas.
¿Has tenido que renunciar a tu color de labios preferido? Pues bien, vamos a cuidar esas manos y les daremos lustre, con un esmaltado de toque optimista y un buen toque colorista. Y los pies, pueden convertirse igualmente en ese punto de arreglo para lucir todas esas sandalias preciosas que esperaban este verano, con sus más de 90 días, con la tranquilidad de que les llegara su momento.
Seguro que has descubierto pendientes, pañuelos, camisetas, incluso bolsos, que dormían en el olvido frente a la compra precipitada y comprometedora de los famosos cambios de temporada, que nos imponía el mundo consumista que ahora, en esta parada involuntaria, nos da la oportunidad de pensar, hasta qué punto es necesario y, lo que es más importante, empezar por sacarles partido, porque, si eran bonitos en el momento que los elegisteis, seguro que aún siguen siéndolos.
Si te das cuenta la moda lleva años haciendo guiños constantes a épocas pasadas, por qué no podemos crearnos, con nuestras prendas y accesorios favoritos, una imagen personalizada. Y sobre todo, en estos tiempos difíciles, por qué no plantarle cara a la necesidad de llevar mascarilla haciendo que sea lo demás lo que destaque. Nuestra forma de vestir, el pelo, que enmarca nuestro rostro, dotándolo de personalidad y estilo. Nuestras uñas, como ya he dicho, y, por supuesto, los ojos a los que dediqué el artículo anterior.
Reinventarse frente a los inconvenientes que nos acompañan en estos tiempos es darte la oportunidad de mirar al futuro, paso a paso, día a día con la esperanza de ir abriendo el camino hacia la casilla de salida. ¡A por ello!