¿Cómo pasaremos la Navidad? Es el gran dilema de estos momentos. Las ganas se sienten confundidas entre la responsabilidad y el deseo de tener cerca a nuestros seres queridos. Y, en muchos casos, más de los que desearíamos, la renuncia a juntarnos por precaución y sentido común. Esto no debería ser motivo para dejar de celebrar, con los medios a nuestro alcance, estas fiestas que son eminentemente familiares.
Bien pongámonos en el supuesto de que sean unas navidades en diferido. Si algo nos ha enseñado estas circunstancias es a disfrutar de nuestras casas, y es por ello que podemos sacarle partido y echarle imaginación y entretenimiento para sentirnos más alegres, arropados por el deseo de agradar a los que nos rodeen y a los que nos vean a través de las pantallas. Incluso se puede crear un reto familiar para hacer pequeños vídeos de decoración navideña, dedicados a los que compartirán las fiestas desde sus propias casas.
Quizá pueda ser una bonita idea sacar algún mantel de la abuela, de esos que después hay que planchar con mucho amor y mucha paciencia, pero que le dan prestancia y vistosidad además de poner sobre la mesa bonitos recuerdos. Por supuesto lo mismo digo de la vajilla y la cristalería, es el momento de disfrutar a tope de ellas. Cuántas veces no las sacamos, por si se rompen, bien pues el poder disfrutar de ellas bien vale el riesgo de perder alguna pieza.
¿Y qué me dices del recetario de la familia? Si te gusta cocinar puedes intercambiar recetas con hermanos, primos, amigos cocinillas y después montar un álbum con las presentaciones y los emplatados chulos, en los que pueden intervenir los más pequeños, jugando a Masterchef, y pasarlo genial.
Ni que decir tiene que un bonito árbol o adornos alegres y/o elegantes o divertidos dependiendo del gusto de cada cual pueden dar mucho juego para compartir momentos, y enseñar a nuestros seres queridos en la distancia nuestra creatividad, y sobre todo la voluntad de hacer de nuestra Navidad algo especial a pesar de las circunstancias, sobre todo como alternativa a sentirse mal, porque si podemos celebrarlo somos privilegiados individualmente a cómo lo hagamos. Hacer sentir felices a los que se alegran con nosotros, estemos donde estemos, es un privilegio que hemos de aprovechar.
Así que, venga a ponerse Guap@.
Sí, como lo oyes, no hay que dejarse llevar por el pensamiento de que como no voy a ir a ningún sitio, pues no necesito arreglarme. Nada más lejos de la necesidad de estar y sentirse bien, y de valorar a los que te rodean. Hay una frase de mi madre que siempre me ha acompañado, ella decía “las cosas no son especiales en sí mismas, somos nosotros quienes tenemos la facultad de hacerlas especiales”, y qué razón tenía.
Cuando elijas qué ponerte, cómo peinarte y maquillarte para esta ocasión de estar en directo o en diferido con las personas que quieres, conseguirás darle un valor a ese momento que, seguro, ellos y tú agradeceréis, porque serán las fotos de nuestra historia y en el futuro hablaremos de ello y cómo nos sobrepusimos a la adversidad echándole imaginación, mucho cariño y un respeto personal a todos los que quizá no puedan hacerlo.
¡No te cortes!. Elige el vestido más bonito, ese que hace siglos que no te pones, y con el que te sientes tan guapísima pero no sabes cuándo es la ocasión, pues mira esta navidad es un buenísimo momento y por supuesto mantén tu pelo cuidado, no hace falta ningún look rebuscado, pero que la melena tenga lustre, que te sientas guapa, una bonita coleta, las famosas “ponytail” pueden resultar muy favorecedoras, y hay tutoriales con los que puedes pasarlo bien practicando.
Si no tienes el pelo largo busca un corte cómodo y atractivo con un bonito color, y que tu peluquer@ te enseñe a sacarle partido con la forma de arreglarlo más favorecedora, los pendientes son un complemento fantástico para realzar el look total y, por supuesto, saca a pasear tus dotes de artista dándole un toque de maquillaje que te guste a ti. Y… ¡Ya lo tienes! Una fórmula perfecta para hacer de tus cenas y comidas personales momentos especiales, y, por supuesto, si hay niños hay que jugar a ponerse guapos para la ocasión.
Te deseo unas bonitas fiestas llenas de momentos íntimos felices, porque esto también pasará, y contaremos, a los que vengan detrás de nosotros, que supimos enfrentarnos con valentía, creatividad y muchas ganas de superación a este enemigo común de la humanidad. Un abrazo.